miércoles, 24 de junio de 2009

LA COMUNICACIÓN EN LA PERCEPCIÓN CORROMPIDA

Por Rafael E. Jiménez Pérez


Desde hace tiempo vengo observando en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) como el clientelismo [1] fomentado por los grupos hegemónicos han creado un medio ambiente interno y externo que se caracteriza por la existencia de públicos [2] adherentes que exhiben una percepción corrompida de la vida universitaria.

Deepak Chopra sostiene que percibimos cuando agregamos significado a cada señal que se nos presenta en el camino. ¿Qué significa eso? Por de pronto, conviene realizar un recorrido por el mundo de la semiótica de la cultura para explicar el significado de señal. Umberto Eco define la señal como una forma significante que el destinatario humano deberá de llenar con un significado.

Como se advierte, el ser humano percibe la realidad o señal solo cuando tiene la capacidad de agregar o llenarla de significado. Si no le agrega significado, ¿qué sucede? Sencillamente que la señal se mantiene como tal, esto es, será información. Pero al agregarle significado se produce una percepción, es decir, se genera un proceso de comunicación social. ¿Cómo se realiza ese proceso? Umberto Eco nos aclara que ese proceso se realiza a partir del patrimonio de saberes del destinatario humano. Y esos saberes se construyen a partir de la cultura, que es lo mismo que decir, a partir de los conocimientos y experiencias acumuladas del ser humano.

Ahora bien, ¿qué ha sucedido en la UASD desde hace casi 20 años? De entrada, hay que señalar que los grupos hegemónicos, que se suceden cada tres años en el gobierno universitario, decidieron cambiar las campañas electorales atizadas con la bandera ideológica y académica por banderas agitadas por el reparto de los cargos de dirección académica y de naturaleza administrativa de la academia en franca violación a lo dispuesto por el artículo 130 del Estatuto Orgánico.

La universidad tiene casi 20 años sometida a esa corrupta e ilegal práctica clientelista. Y esa práctica ha generado, naturalmente, en los líderes y adlátares de los grupos hegemónicos, una gran experiencia y conocimiento de cómo violentar la vida institucional de la academia, es decir, su Estatuto Orgánico y sus reglamentos. Esas experiencias y conocimientos nacidos en el laberinto de la ilegalidad han engendrado, a su vez, una monstruosa percepción corrompida de la UASD.

Los grupos hegemónicos, a partir de su práctica pervertida y clientelista han creado una imagen corrompida de la academia para justificar sus constantes violaciones. Perciben a la UASD como un escenario de reparto de cargos para sus acólitos y de retaliación para sus adversarios de turnos. El significado que tienen de las estructuras de gobierno lo reducen a los Consejos Directivos de Facultades y el Consejo Universitario para aprobar sin debate y ejercicio democrático y participativo las acciones ilegales, clientelista y de retaliación de los incumbentes de turno.

Su percepción corrompida de la universidad le permite jugar a una doble moral. Si son contrarios al gobierno nacional de turno, hablan de transparencia, democracia, institucionalidad, lucha contra la corrupción, que las obras y proyectos se asignen mediante licitaciones públicas apegadas a las leyes del país, entre otras demandas. Pero en la UASD ordenan la construcción de puertas de entrada asignadas grado a grado, contratan los servicios de una ARS privada sin licitación pública, contratan un proyecto de automatización y anuncian el contrato de empresa de seguridad sin licitación pública conocida. Les niegan a los docentes recibir dietas y viáticos para viajar a los centros regionales mientras a las autoridades y funcionarios que usufructúan cargos ilegales lo mandan a improductivos viajes al exterior con jugosos recursos en divisas en dólares y euro.

Para los que disfrutan el poder, las autoridades pueden quebrar el plan de retiro de los servidores universitarios, generando un déficit anual de más de 72 millones de pesos y continuar viajando sin sentido a costa del presupuesto de la institución. Incluso, pueden mejorarse su vida con abusivos y provocadores aumentos salariales. Pueden insultar a los servidores universitarios con epítetos extravagantes porque sienten la necesidad de reclamar un aumento salarial. Pueden ofrecer y dar regalos para que voten por ellos. Pueden criticar al Presidente si imprime la Constitución de la República con una fotografía suya en la contraportada anunciando su reelección. Pueden violar el artículo 3 del Estatuto Orgánico y no pasa nada.

Estamos frente a una percepción generada por una práctica social que distorsiona y vulnera la filosofía, principios y la misión consagrada en el Estatuto Orgánico de la UASD. No cabe duda que estamos frente a una imagen corrompida de la Primada de América. ¿De qué nos sirven sus saberes si los mismos están atados a un sistema de protección que violenta la vida institucional? ¿Cuáles valores de función ética puede reforzar un proceso de comunicación social que se fundamenta en un estilo de gobierno que no respeta su propia legalidad?

Los grupos hegemónicos nos han impuesto por casi 20 años una imagen corrompida de la UASD. Su estilo de campaña electoral refleja en su totalidad la percepción que tienen de la universidad. Por ese camino jamás habrá una salida que lleve a las autoridades a gobernar respetando su propia legalidad. Los servidores universitarios en la asamblea del 24 de abril de 2006 incendiaron la chispa en la pradera: Convocar a un claustro mayor por el saneamiento de las estructuras de gobierno, académica y administrativa de la institución.

La convocatoria al Claustro Mayor es el único camino inteligente, democrático y participativo para que la familia universitaria, que rechaza el clientelismo como estilo de campaña electoral, pueda avanzar en un amplio y profundo movimiento de saneamiento que ponga fin a la imagen corrompida impuesta por los grupos hegemónicos de cara a la reconstrucción de una percepción fundamentada en el respeto a la filosofía, principios, visión y misión de la UASD.

En esa noble tarea trabajan un nutrido grupo de profesores, estudiantes y empleados que han decidido dar el paso de constitución de un MOVIMIENTO POR EL SANEAMIENTO DE LA UASD. Servidores universitarios, respaldemos con decidido entusiasmo ese hermoso proyecto. Trabajemos unidos por recuperar la imagen institucional de nuestra Primada de América.

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[1] Sistema de protección y amparo con que los grupos hegemónicos patrocinan a quienes se acogen a ellos a cambio de su sumisión y de sus servicios.

[2] Conjunto de personas unidas

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